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Obras digitales

Unapologetic paranoid

Paranoid (20 Mgs.)

Como un depredador acechando por las salidas, mi instinto me lleva hacia la luz sin temor a la oscuridad. La obra “Paranoid (20 Mgs.)” se hace presente como un reflejo de mi ser, donde la multiplicidad de capas expuestas se desarrollan de forma orgánica y sin reparo. A través del color, cada pincelada cobra vida y da forma a los sentimientos y pensamientos más profundos.

La pintura se convierte en un camino didáctico al pensamiento ajeno, donde se exponen ideas patológicas de una mente que no se siente del todo bien. Los trazos tradicionales, digitalizados y deformados a voluntad, permiten establecer un mayor control sobre la propia obra, lo que permite que se convierta en un espejo de las angustias y miedos personales.

Veintidós pinturas se unen como legos armando caminos, cada una con su propio síntoma y sensación. El color permite organizar un camino hacia la comprensión de uno mismo y de los demás. Es un viaje a través de la mente, un encuentro con el color y la forma que invita a explorar nuestros miedos y angustias más profundas, para encontrar la paz y la comprensión en nosotros mismos.

“Paranoid (20 Mgs.)” es una obra de arte que nos invita a fijar nuestra mirada en un trazo y seguir su camino, mientras divagamos en nuestros propios pensamientos y emociones. Es una muestra variante que distribuye su forma según su estado, uniéndose a nosotros por defecto y convirtiéndose en una compañía en el camino hacia la comprensión de uno mismo.

Terminaciones

La obra se imprime sobre paneles metálicos ChromaLuxe con acabado semi-gloss, capturando detalles en alta definición y una sorprendente profundidad de color que resalta cada trazo y textura. Este material garantiza durabilidad excepcional, preservando la calidad visual y la intensidad de la imagen con el paso del tiempo.

Cada pieza puede personalizarse en diseño, tamaño y presentación. El marco metálico en tonos gris y negro, incluido en el acabado, aporta elegancia y robustez sin necesidad de cristal, permitiendo una conexión directa entre la obra y el espectador. Así, la imagen cobra vida, ofreciendo una experiencia visual profunda que invita al observador a explorar su propia percepción y a descubrir en cada detalle una historia que resuena personalmente.