ESTUDIO DEL CAOS 6

La obra captura la esencia del tiempo detenido, una fuerza congelada en su eterno fluir. Las sombras entrelazadas y las tonalidades de barro nos hablan de la quietud en medio del tumulto, de la calma que puede encontrarse en la vorágine. Es un testimonio visual de la dualidad inherente al caos, donde la agitación coexiste con la serenidad.

Somos como el barro moldeado por el tiempo y el caos. Así como el barro es la esencia fundamental de la tierra, nosotros también estamos arraigados en la realidad terrenal. El barro es maleable, susceptible de ser transformado por manos hábiles en algo hermoso y significativo, de la misma manera en que nuestras experiencias y circunstancias nos moldean y dan forma.

El barro es un símbolo de humildad y conexión con la naturaleza. Al igual que el barro se mezcla con otros elementos y se transforma en cerámica, ladrillos y otras creaciones humanas, nosotros nos entrelazamos con nuestro entorno y nuestras relaciones para formar una parte única y valiosa del tejido de la existencia.

Siempre evolucionando y adaptándonos a nuestras circunstancias, al igual que el barro toma forma según la voluntad del alfarero.